Tras la exitosa llegada del Apolo 11 a la luna en 1969, el hombre ha tenido puesta la mirada sobre Marte; sin embargo, el planeta rojo ha sido mucho más difícil de conquistar que nuestro satélite y en especial, el aterrizaje ha sido uno de los problemas más complicados que sortear, por lo que a continuación te explicaremos algunas de las razones que complican tanto llegar a este plantea.
La primera barrera que sortear es la atmósfera de Marte, la cual es tan gruesa que produce muchísima fricción, generando calor y es por eso que todo lo que pretenda pasar a través de ella necesita estar protegido por escudos térmicos. Normalmente las naves que se envían al espacio cuentan con paracaídas para aterrizar, pero en Marte se necesita que las naves lleven retrocohetes que les ayuden a reducir la velocidad hasta llegar a cero, de modo que puedan descender y aterrizar suavemente, pero saber el momento exacto en el que estos retrocohetes deben encenderse no es nada sencillo.
Otro obstáculo es la distancia entre la Tierra y Marte, que se traduce en un retraso en la comunicación, por lo que las naves deben pilotearse de manera autónoma y dependen de sus propios datos y sensores para lograr el aterrizaje. Finalmente, las impredecibles tormentas de arena hacen que llegar al planeta rojo sea en verdadera odisea.
A pesar de esto, los intentos de aterrizaje continúan y las predicciones son alentadoras.