Cuando un usuario desea realizar una compra de manera digital pasa por distintas etapas, las que dependen del producto y el usuario, sin embargo, todas buscan llevarlo a la conversión (que el cliente compre). Para llevarlo desde el punto de inicio hasta el punto de conversión existen distintos canales de atribución, los cuales dependen o van en función del tipo de negocio que tengas.
Para decirlo de manera exacta: Un modelo de atribución es un conjunto de reglas que permiten asignar un cierto mérito a las etapas por las que un cliente o cliente potencial pasa antes de realizar una compra. Existen diversos modelos de atribución que van en función del mérito que se le asignó a cada etapa y pueden ser:
Última interacción: Este es el modelo predeterminado en Google Analytics y asigna el mérito de la conversión al último canal por el que pasó el usuario antes de convertirse.
Primera interacción: Aquí todo el mérito de la conversión se asigna al primer canal que visitó el usuario.
Último clic de AdWords: Todo el mérito se consigna a las campañas de SEM.
Último clic indirecto: El mérito de la conversión se asigna al último canal en el que el usuario hace clic antes de la conversión.
Lineal: Todos los canales por los que pasa el usuario en su customer journey reciben el mismo mérito de conversión.
Deterioro del tiempo: Entre más se acerca el usuario al momento de conversión, el mérito del canal incrementa.
Según la posición: Aquí el 40% del mérito es para los canales que están a los extremos de las etapas de conversión y el 20% restante se reparte entre el resto de canales.
Modelo personalizado: Este modelo permite personalizar cómo se reparte el mérito de la conversión, así se puede adaptar mejor a cada negocio.
Estos modelos de atribución permiten mejorar las estrategias según el tipo de negocio y repartir el presupuesto de una mejor manera.